Las empresas nacen de emprendimientos en casa y surgen precisamente en época de crisis.
Llevamos 376 días de cuarentena a nivel nacional, debido a la pandemia de enfermedad por coronavirus, se estima que 1.5 millones de empleos se han perdido y miles de empresas han quebrado. Sin embargo las necesidades económicas obligan a los peruanos a reinventarse cada día y a generar nuevos emprendimientos.
En el Perú el 80% de las empresas son familiares, eso quiere decir que nuestro país se fortalece generando negocios en familia, sin embargo faltan estrategias para que estos emprendimientos sean sostenibles en el tiempo.
Actualmente solo 1 tercio de estas empresas sobrevive el paso a la segunda generación y se estima que un 15% llega a la tercera generación. Es decir, si el negocio lo iniciaron los abuelos, solo el 15% de los nietos lo continua.
Démosle una mirada a las dificultades que afrontan las empresas familiares, a fin de revertirlas:
No han trabajado un plan de sucesión, y carecen de decisión determinante para elegir al nuevo líder del negocio. Falta capacidad para gestionar eficazmente los conflictos originados en los negocios. No han separado las finanzas personales de las finanzas empresariales, lo que genera grandes inconvenientes.
Las empresas familiares se fortalecen en el sentido de pertenencia generación tras generación, con la pasión por lo logrado y el legado, sin embargo, requieren roles bien definidos, compromiso y un esfuerzo familiar para sostenerse en el tiempo y pasar generaciones.
